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martes, junio 03, 2008

Opinion - Esteban Garaiz

Un resumen

Publico


En los tiempos escolares, el repaso previo al examen: trimestral, semestral o de fin de año era lo más fecundo del aprendizaje. Si era en grupo y cooperativo, resultaba todavía más eficaz, porque el conocimiento debatido y compartido ponía orden y prioridad a los temas centrales y obligaba a racionalizar la memoria dispersa acumulada en el periodo. “Ponle las inteligencias”.

Resultará útil hacer algo parecido en el tan debatido tema de los hidrocarburos, polarizado por intereses grupales y deliberadamente opacado por importantes medios de comunicación electrónicos, como si no se tratara de un asunto decisivo para el futuro de la nación. Veamos.

La mezcla mexicana de petróleo tiene hoy un precio en el mercado internacional de más de 105 dólares por barril. Según cifras oficiales, Pemex tiene un costo de producción promedio por barril de 4.36 dólares. Eso significa que Pemex tiene una utilidad bruta, antes de impuestos, o sea lo que ahora se llama renta petrolera, de alrededor de cien dólares por cada barril que produce, a razón de tres millones de barriles diarios. Eso la hace una de las empresas más eficientes y competitivas a escala internacional, dado que el costo internacional promedio de producción por barril de crudo supera los ocho dólares, el doble de la mezcla mexicana. O sea: por el mismo costo Pemex produce dos barriles.

Ahora bien, Pemex es la empresa que más impuestos y derechos paga en el mundo entero. Hace poco el mundo se escandalizó cuando Evo Morales subió los impuestos y derechos a las empresas extranjeras de 18 a 50 por ciento. La Secretaría de Hacienda le cobra a Pemex más de 80 por ciento de sus ventas. En el año 2007, Hacienda le cobró incluso más que todas las ganancias del año: 676 mil millones de pesos sobre 509 mil millones de renta.

Los costos de producción citados incluyen, por supuesto, las cantidades entregadas al sindicato. El sindicato petrolero es, sin duda, uno de los más corruptos, pero el dinero que recibe no representa ni dos milésimas de la renta petrolera ni de los contratos adjudicados sin licitación a empresas extranjeras. El famoso Pemexgate, por mil millones de pesos, es un desfalco atroz, pero no es comparable en términos numéricos con un contrato adjudicado a Repsol por 165 mil millones de pesos. Estamos hablando de una proporción de 1 a 165. Toda corrupción es inaceptable, pero atribuir a la corrupción sindical —que es real— todas las desgracias de Pemex es desviar la atención deliberadamente.

La verdadera desgracia de Pemex se llama Secretaría de Hacienda, que le arrebata toda su renta y luego le escatima, o le niega, los recursos necesarios para prospección, refinación, o para reponer los ductos envejecidos.

La hazaña más perversa de Hacienda es la torcida invención de los Pidiregas: Proyectos de Inversión Diferida en el Registro del Gasto. Así, para que nadie entienda que se trata de deuda pública que le endilga a la empresa estatal, sabiendo que a todas luces es deuda pública; pero que no aparezca registrada por ahora. Eso después de haber saqueado a PEMEX.

La causa de todos los males de Pemex, diga lo que diga la doctora Georgina Kessel, está en el monto y la estructura fiscal. Reto a los defensores de la iniciativa a que presenten un cuadro comparativo de los 30 países de la OCDE, México incluido. Vean si es cierto que México no recauda ni la mitad sobre PIB de lo que recaudan los países prósperos. Lo más importante: vean lo que en esos países se recauda por impuesto sobre la renta empresarial (no la de los asalariados causantes cautivos) y comparen con lo que recauda en México por ese concepto. Entenderán, si no lo saben ya, por qué miente Felipe Calderón cuando dice que no se privatiza, y la iniciativa que ha enviado al Senado dice textualmente que el sector privado “podrá ser propietario” de ductos y refinerías. Y ahí encontrarán también por qué han estrangulado presupuestalmente durante 25 años al Instituto Mexicano del Petróleo.

Politización es etiquetar de “pontífices y teólogos” a quienes sostienen, por simple sentido común, que la casa familiar no se vende.

egaraiz@gmail.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2008::

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