Opinión - Ruben Martín

Los responsables de la muerte de Miguel Ángel

Publico

Miguel Ángel López Rocha murió ayer a las 18:10 horas por ingesta de arsénico que bebió en el río Santiago, pero también por la negligencia criminal de las autoridades que se han hecho tontas para atender este gravísimo asunto. Lamentablemente, como se sabe, hay más casos como los de Miguel Ángel. Hay miles de personas que padecen alguna enfermedad provocada o vinculada a la contaminación.

Muchos saben que tienen algún padecimiento, muchos otros hacen fila hacia el cementerio, sin saberlo. Y todo esto por la negligencia criminal de las autoridades.

¿Qué dirá ahora el irresponsable secretario de Salud que ha minimizado torpemente la gravedad de la contaminación en El Salto? El obtuso titular de Salud, Alfonso Gutiérrez Carranza, todavía se pavoneaba al martes en el Congreso del Estado diciendo que era el “secretario mejor calificado” del gabinete, según una engañosa encuesta de un medio local. ¿Qué dirán ahora las autoridades y médicos que negaron la contaminación por arsénico de Miguel Ángel y que se empeñaron en desprestigiar a la familia?

¿Qué cara pondrá la titular de Medio Ambiente estatal, Martha Ruth del Toro, quien en junio pasado envió a El Salto a una carretada de burócratas pero que nunca atendió el asunto en serio?

¿Qué tiene qué decir César Coll Carabias, de la Comisión Estatal del Agua, ante su incapacidad burocrática al admitir que el problema ambiental los había rebasado mientras se aumentaba el sueldo y se concedía bonos?

¿Qué tiene que decir Alberto Cárdenas Jiménez quien, como titular federal de Medio Ambiente, pudo hacer algo importante para detener la crisis ambiental que padecen 120 mil personas y en lugar de ello se dedicó a promover su candidatura presidencial?

¿Qué dirá ahora el gobernador quien nunca ha tomado en serio el tema de la contaminación de El Salto y Juanacatlán y todo por preferir como política central convertirse en un holograma de sí mismo, siempre priorizando su proyección propagandística antes que atender en serio los serios problemas que padece la población?

Todos merecen dejar sus puestos. Es inadmisible que ante asuntos tan graves se pasen la bolita, los minimicen o no sean capaces de echar a andar los extraordinarios recursos que tiene la maquinaria burocrática en la entidad. En trece años de administraciones panistas se han destinado cerca de mil millones de pesos para las dependencias relacionadas con el Medio Ambiente, pero se ha despilfarrado en el gasto corriente en lugar de plantear a fondo un plan para el rescate del río Santiago, especialmente en lo que atañe a El Salto y Juanacatlán.

Ya basta de la actitud de los servidores públicos y funcionarios panistas de evadir sus responsabilidades y decir que los males vienen del pasado, ya sea de la época priista o incluso de la Colonia. Ayer el ocurrente señor al que le pagamos como gobernador dijo que la contaminación en el río Santiago viene de 500 años atrás. Mientras Emilio González declara ocurrencias, Miguel Ángel entraba en sus últimas horas de agonía.

Si en estos trece años que tienen los panistas en el poder hubieran atendido en serio estos problemas ya algo se hubiera hecho. Pero no han formado ni un solo cuadro destacado en cuestiones ecológicas, no han elaborado una política medioambiental acorde al tamaño de la crisis que se abate sobre diversas zonas del estado.

En lugar de ello, los panistas (como toda la clase política profesional) han aprendido a afianzarse en el poder. Y en esta lógica los aparatos públicos no son instituciones para atender los problemas de la gente sino maquinarias políticas para permanecer en el poder.

La muerte de Miguel Ángel está sacudiendo conciencias. Seguramente no la de los burócratas. En trece años de gobiernos panistas no se ha hecho nada de fondo por el desastre ecológico ni en el río Santiago, ni de Miravalle, ni de ningún otro punto del estado. Seguramente la solución ahora en El Salto y Juanacatlán no vendrá de las burocracias. La gente que padece estos problemas tiene que pasar a la acción directa y resolver por sí mismos estos problemas. Tienen qué exigir cabezas oficiales, tiene qué pedir los recursos que nos pertenecen a los contribuyentes para empezar a aplicar por sí mismos remedios en contra de la crisis ambiental y tiene que detener a las empresas que siguen contaminando el río y las tierras, como si de sus recursos privados se tratara.

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2008::