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lunes, enero 07, 2008

Opinión - Jorge Gomez Naredo

El primer golpe del año: la salida de Carmen Aristegui


La periodista Carmen Aristegui a su salida de la emisora W Radio Foto: YAZMIN ORTEGA CORTES

La Jornada Jalisco

Carmen Aristegui salió del aire en W Radio, o más bien, la sacaron. Su último programa fue el viernes pasado y en él explicó, a grandes rasgos, por qué se iba, o mejor dicho, por qué la despedían. Dijo, sin ambages, con esa templanza que la caracteriza: “El modelo editorial que hemos practicado a lo largo de estos años en W Radio es incompatible con el modelo de noticiario y dirección editorial que la propia empresa ha determinado”. Así dibujó un adiós, abruptamente, porque dicha decisión se le notificó unas horas antes. Terminó la última emisión con una canción que antes de ser canción fue poema de Antonio Machado: “Caminante son tus huellas / el camino y nada más; / caminante, no hay camino / se hace camino al andar”, cantada a dúo por Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina en un concierto en Madrid.

La salida de Aristegui obedece a una lógica para acallar las críticas, para silenciar las voces discordantes, para dejar sin palabras a cientos de miles, a millones de mexicanos que no están de acuerdo con el gobierno que se impuso hace ya más de un año ni con el aciago rumbo que está tomando el país. W Radio es una empresa propiedad de dos gigantes de la comunicación hispanoamericana: Televisa y Grupo Editorial Prisa. Y Aristegui incomodaba a los dos: a Televisa nunca le pareció que la periodista hubiera sido una de las críticas más implacables de la Ley Televisa, ese monstruo donde se perpetuaba el poder del duopolio televisivo; tampoco se le perdonó que no hubiera ido con sus colegas (encabezados por Joaquín López Dóriga vistiendo un colorido suéter rosa) a la Cámara de Senadores a defender la “libertad de expresión” de los oligopolios televisivo y radiofónico. Por eso le quitaron su programa, por eso despojaron a miles de radioescuchas de un espacio de libertad. El grupo Prisa, que busca la concesión para editar los libros de texto gratuitos en México (un jugoso negocio), contrató como su representante en el país, a principios de 2007, nada más ni nada menos que al cuñado de Felipe Calderón, Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita y de Hildebrando Zavala, aquel curioso personaje que tenía (¡cosas de la vida!) todo el padrón electoral y que había elaborado (¡pura casualidad!) para el impoluto IFE programas de cómputo que se utilizarían en las elecciones de julio de 2006. El haber ventilado Carmen Aristegui estas “coincidencias” fue una ignominia para los Zavala-Calderón.

Pero la salida de Carmen Aristegui va más allá de los enemigos que se ganó por mostrar lo que la mayoría de los noticieros radiofónicos y televisivos ocultaban. La intención principal fue minar y amedrentar a los medios de comunicación y periodistas que no se someten al dictado de los grandes empresarios y de su representante, Felipe Calderón. Todo esto se da en un año difícil: las alzas generalizadas en productos básicos, el desmoronamiento del campo, el alto desempleo, la desaceleración de la economía norteamericana y las facturas que debe pagar quien usurpó la Presidencia.

Para que no se den desórdenes, para que no existan levantamientos, para que no estalle el país, se necesita “mano dura” y falta de información veraz y crítica. La reforma judicial es una apuesta por lo primero, por la legalización de la violación a las garantías individuales y a los derechos humanos. Deshacerse de periodistas incómodos, cerrarles los canales de comunicación, acallarlos no a través de la reprimenda sino del castigo empresarial (como a Ricardo Rocha, Carmen Aristegui y Gutiérrez Vivó), es la otra jugada del gobierno federal para lograr lo que no se ha obtenido (¡y sí que se ha ambicionado!) en los sexenios anteriores de neoliberalismo: despojar de su riqueza energética a la nación.

La privatización de Pemex se avecina. Los grandes empresarios (nacionales y extranjeros) se frotan las manos para lograrla. Felipe Calderón está ahí, en la Presidencia de la República, con ese gran objetivo. Jaime Avilés, en su columna de ayer en La Jornada, adujo que Calderón “ya pactó en secreto con varios consorcios petroleros mundiales que pertenecen a países como Estados Unidos, Holanda, España y Brasil [la privatización de la paraestatal]”. Pero no puede hacerlo si existen periodistas críticos y comprometidos que digan lo que los demás se callan y sin una “fórmula judicial” que legalice las violaciones a los derechos humanos y a las garantías constitucionales. Por eso no se le renovó contrato a Carmen Aristegui. Por eso se incluyó en la reforma judicial facultades a la policía de entrar a cualquier domicilio cuando se crea “necesario” y/o “conveniente”.

La salida de Carmen Aristegui de W Radio es un eslabón más de la estrategia ideada por el gobierno federal para privatizar Pemex y acallar el descontento social imperante. Ante estos hechos solamente queda la protesta, la movilización social, el despertar de la ciudadanía. Es una lucha que no se puede, por ningún motivo, perder. Es por el bien de México, de todos los que habitamos estas tierras: es por la viabilidad de un país, de una nación. Como dice el poema que se hizo canción y que han recitado a dúo Serrat y Sabina en sus recientes conciertos: “caminante no hay camino / se hace camino al andar”. Y esto se logra, sin duda, “golpe a golpe, verso a verso”.

jorge_naredo@yahoo.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2008::

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