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martes, enero 22, 2008

Opinión - Jaime Hernandez Ortiz

Ramírez Acuña: la ilegitimidad de Calderón de por medio

El fracaso de Francisco Javier Ramírez Acuña al frente de la Secretaría de Gobernación y su reciente renuncia es completamente explicable. Más allá de que se diga que se “desconocen” las verdaderas razones, lo cierto es que su escandalosa caída era previsible y formaba parte, sin duda, de las múltiples acciones que ha emprendido Felipe Calderón por tratar de legitimar su acceso espurio al poder. Pero con ello le ha dado un golpe durísimo al panismo jalisciense. ¡Qué bueno!

No hay que olvidar que es en Jalisco donde gracias a la actuación del panismo local, que Calderón obtiene la mayor “votación” para sustentar su irregular triunfo. Fue nuestra entidad, por su alto padrón electoral –de más de cuatro millones y medio de electores–, donde proporcionalmente hubo las más graves irregularidades electorales. Fue la entidad, a diferencia de los primeros padrones electorales como el DF, estado de México y Veracruz, que gracias al comportamiento mapacheril del blanquiazul hubo los más sucios cuestionamientos al fraude electoral. Donde, como bien señaló Esteban Garaiz, ex vocal ejecutivo de la Junta Local del IFE, las elecciones “fueron una cochinada”.

Ineptitud evidente

La figura de Ramírez Acuña (al igual que la de Juan Carlos Ugalde, los consejeros del IFE y los magistrados del Tribunal Electoral de la Federación) llevaba consigo el estigma del fraude, la turbiedad y la influencia perniciosa junto con su personalidad. A ello hay que añadir que lejos de ayudar a “rescatar la figura presidencial” como afirmó en su despedida, Ramírez Acuña era un verdadero estorbo. Por lo tanto era previsible que Calderón, en una especie de desplazamiento de culpa, lo echara a la primera oportunidad; además, él mismo ayudó a su defenestración.

Ramírez Acuña pensó que la Presidencia se la debían a él; por ello trabajó desde el primer día en Gobernación buscando ejercer una especie de presidencia paralela, que no le resultó. Al tiempo apuntalaba a sus escasas canicas en el CEN del PAN y le daba manotazos a Emilio González Márquez. Olvidó que “el que se va se calla” y en los hechos se frotaba las manos pensando que Calderón lo destaparía en el 2011.

Ramírez Acuña nunca logró o no pudo ser un operador político de Calderón. Importantes reformas como la ley Televisa y la electoral nunca llegaron a su escritorio. Es más, estuvo dando lástima buscando un saloncito adjunto al pleno del Congreso de la Unión donde se le permitiera a Calderón dar su primer informe de gobierno. Lejos de propiciar el diálogo y la apertura con todas las fuerzas políticas del país, su tozudez y autoritarismo se pusieron de manifiesto desde el primer día. Se rodeó de un amplio aparato de seguridad comparable al de Los Pinos. Bucareli era un búnker. Por lo tanto su actuación en Gobernación fue inexistente, gris, opaca y conflictiva.

Aún antes de su llegada a Gobernación los principales partidos políticos como el PRI y el PRD no le reconocieron calidad de interlocución ni calidad moral. Llegó precedido por una imagen de represor y violador de los derechos humanos que nunca pudo desvanecer. Nunca dejaron de ser frecuentes las solicitudes para que renunciara. Incluso, desde su propio partido se le vio como un personaje advenedizo al que sólo se le debía pagar una factura más, pero no con esa secretaría ni por mucho tiempo. La censura a los programas de López Obrador y del Frente Amplio Progresista fue maquinada desde su oficina. La burda censura a Ruth Zavala fue orquestada directamente por él.

Incompetencia evidente

Los conflictos con la prensa eran ya verdaderamente graves. Ramírez Acuña se había sumado a ciertas voces del clero que calificaban a la prensa como “una prostituta”, lo que puso en entredicho el esfuerzo de cientos de periodistas en abrirse espacios con dignidad hacia la independencia y libertad de expresión, lo que además irritó a numerosos propietarios oficialistas que no sólo se opusieron a tal calificativo sino que no aceptaron de Calderón ese trato. Estaban al servicio del gobierno sí, pero no de esa manera. Incluso la actuación de su vocero Fernando Arias ya era conocida en varios medios (se sabía de su participación en la impunidad de su hijo en la muerte de Néstor Alan Rodríguez). Pensaron que el estilo de hacer comunicación social sería tan manipulable y pedestre como en Jalisco. Cada vez eran más crecientes las molestias por el uso de la fuerza pública para resolver los conflictos sociales. Los escasos problemas que “resolvió” fueron de esa forma. Ramírez Acuña exhibió a Flavio Sosa como al más peor de los narcos.

Ramírez Acuña fue el personaje que más insistió en la participación de los militares en la seguridad pública. La reforma judicial que permite la incursión de domicilios sin orden de cateo lleva todo su visto bueno. Todavía, una semana antes de su renuncia señaló burlonamente que el TLC “no era como para un estallido social”. Su fugaz presencia en Bucareli fue sesgada y se puso en favor del clero católico: editó un libro en el que “académicos” universitarios panistas proponían de plano que el clero católico enseñe en la escuelas públicas, que tengan medios de comunicación, plena “libertad religiosa” y participación en la política.

Uno de los aspectos más deleznables de la presencia de Ramírez Acuña en Gobernación era su incongruencia como promotor del programa nacional de derechos humanos. Cientos, miles de organizaciones civiles de todo el país, veían como burla que Calderón hubiera colocado en ese cargo a uno de los más grandes violadores de derechos humanos. Su paso por Jalisco dejó una estela de tortura, represión e impunidad. Numerosos organismos internacionales alertaron del grave peligro para la política interior y exterior de México con tan pernicioso personaje.

En fin, Jalisco no pierde nada. La renuncia de Ramírez Acuña debe servir para calibrar si Emilio González Márquez es en realidad el gobernador de la entidad y, ya sin fuero, lo lleva a juicio por el caso 28 de mayo de 2004.

Jalisco interrogado

Hoy empieza el encuentro Jalisco interrogado con la mesa: “Contra la guerra y por los derechos humanos para tod@s”, en el marco de la Jornada del Foro Social Mundial, en el auditorio “Carlos Ramírez Ladewig” del CUCSH. Otras temáticas y mesas continuarán hasta el viernes de 10 a 11:45 horas y de 12 a 13:45. Hay numerosas acciones más, consulte www.fsmjalisco.org.mx.

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2008::

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