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domingo, noviembre 11, 2007

Hugo Chávez vs Juan Carlos I: dos miradas

Jorge Gómez Naredo

A continuación el vídeo de lo que sucedió en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile, entre el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, el rey de dicho país, Juan Carlos I, y el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez. Estas imágenes han dado la vuelta al mundo y han suscitado un montón de reacciones. Se han dejado observar los nacionalismos o patrioterismos, especialmente del lado ibérico. En un foro de opiniones del diario El País, hubo comentarios que de verdad resultaban racistas y discriminatorios. La pregunta que surge a partir de este vídeo es: ¿acaso no se puede criticar la política exterior de un país?, ¿no se puede criticar tampoco a un ex presidente (Aznar) que fue injerencistas en los asuntos que nada más le corresponden a los latinoamericanos?

Lo que se ha dicho sobre la confrontación entre el rey de España Juan Carlos I y Hugo Chávez, ha suscitado opiniones diversas y contrapuestas. El diario El País, que criticó a Andrés Manuel López Obrador en todo momento y vituperó al ex-candidato de izquierda mexicana por el “Cállate Chachalaca”, ahora defiende a Juan Carlos por el “¿por qué no te callas?”. Los editoriales de La Jornada y El País muestran, nítidamente, dos visiones de lo sucedido en Santiago de Chile. A continuación extractos significativos de dichas opiniones. Primero el de La Jornada:

“De manera que el estado de nervios del rey se plasmó ayer en Santiago de Chile, en un país que como España vivió en carne propia los estragos de una dictadura. Y con un gesto antidemocrático, Juan Carlos I puso una pica en Flandes y envió el mensaje de que no se aceptará, al menos por parte de la corona española, que sus antiguos súbditos cuestionen a ex gobernantes y empresarios de aquel ultramarino reino.

Que Chávez tilde de fascista a Aznar no debe sorprender a nadie mínimamente informado sobre los dichos injerencistas del líder ultraderechista español. Y en efecto, que muchos españoles crean en él y voten por la opción política que representa, pues es un asunto muy de ellos. Pero que Rodríguez Zapatero diga que con ello se ofende al pueblo español... [...]

Tal vez el problema estriba en que siendo que en España no dice, o no se atreve, a decir lo que realmente siente, cuando viene a sus antiguos territorios aprovecha para dictar una cátedra tan obsoleta como la misma monarquía.

Ojalá el monarca y Rodríguez Zapatero entiendan de una vez por todas que deben hablar de igual a igual hasta con los que se expresan, según ellos, en términos “políticamente incorrectos”. Máxime si se tiene en cuenta que algunos empresarios españoles, apoyados silenciosamente por su gobierno, alientan asonadas como la de Venezuela. Y sin olvidar el trato humillante que regularmente reciben los emigrantes latinoamericanos que recalan en la península ibérica.

El País, en cambio, dijo en su editorial:

La Cumbre Iberoamericana de Santiago comenzó con esperanzas después de varios años durante los que arreció la crítica a estas citas. Una de las razones que explican las expectativas fue la elección del tema principal de la agenda, la cohesión social, un asunto que permite trazar con precisión la frontera entre las políticas populistas y los modelos socialdemócratas que están enfrentándose en el continente. Por este motivo, no son de extrañar los desplantes y provocaciones que han protagonizado varios de los dirigentes, con Hugo Chávez al frente. [...]

Pero la cumbre no sólo ha puesto en evidencia la pugna entre dos modelos políticos en América Latina. Ha mostrado, además, las dificultades a las que se enfrenta cualquier política exterior cuando el grado de ruptura entre las principales fuerzas llega a los extremos que se han alcanzado en España. Rodríguez Zapatero salió en defensa del ex presidente del Gobierno José María Aznar ante los extemporáneos e inaceptables ataques de Chávez. Cumplió con su deber con la corrección y contundencia que exigía el foro de Santiago, algo que el propio Aznar reconoció y agradeció anoche al Rey y a Zapatero. También don Juan Carlos estuvo en su papel, puesto que el presidente venezolano cruzó con sus descalificaciones la línea de lo tolerable en una relación entre países soberanos.

Vaya editorial de El País, ahora resulta que los presidentes latinoamericanos no pueden criticar a un mandatario hispano que ha intervenido en las antiguas colonias de una manera constante y deleznable. Es decir, Aznar sí puede apoyar un golpe de Estado en Venezuela e intervenir en un proceso electoral en México, pero nadie, absolutamente nadie, puede decirle a Aznar que es un derechista. Vaya democracia que buscan los gobiernos españoles de dizque origen “socialista”. El rey, callando a un presidente (elegido democráticamente), para muchos españoles (de derechas y muchos “socialdemócratas”) es defender su soberanía. Pero acá, en Latinoamericana, no se le puede decir nada a Aznar ni a las empresas españoles que están iniciando una especie de reconquista económica. Qué justo, ¿no?

No cabe duda, el otrora diario de centro-izquierda español, ahora, se está pareciendo a un pasquín de las trasnacionales españoles.

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