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lunes, septiembre 10, 2007

Opinión - Monica Perez Taylor

Que no alcanza

La pobreza no es una fatalidad. Es consecuencia, entre otros factores, del mal manejo de las finanzas públicas, la corrupción y la impunidad.

MURAL

En su discurso del pasado domingo, Felipe Calderón mencionó la pobreza como el origen de los grandes males que aquejan a nuestra nación: "México no puede dejar de invertir en infraestructura y en desarrollo social. Llegó la hora de pagar la deuda con los que menos tienen". Y nos advierte: "Todos sabemos que los recursos que tiene el Estado no alcanzan, son insuficientes para atender estas demandas...".

Pero lo que todos sabemos, es que sí hay miles de millones de pesos para atiborrarnos de spots desde la Presidencia, inversamente proporcionales al porcentaje de aprobación; que abunda el dinero para financiar los rescates del Fobaproa-IPAB; que sobra para financiar a las constructoras que, una y otra vez, defraudan con carreteras que no sirven. Pero para pagar la deuda a los que menos tienen, no alcanza.

Veamos lo que sucede en Jalisco, en plena Sierra de Manantlán. En el ejido de Ayotitlán, la situación no ha cambiado gran cosa desde la época colonial para las comunidades nahuas, dueñas legítimas de gran parte de estas vastas tierras. Aquí, el modus vivendi y operandi es la segregación racial, la discriminación, las amenazas, el despojo, los asesinatos de campesinos, de luchadores sociales y defensores de los derechos humanos, los secuestros, expulsiones y desplazamientos.

Los contubernios de los políticos corruptos, empresarios rapaces y las transnacionales deshumanizadas utilizan la represión política, la violencia paramilitar, la intransigencia policiaca y la prefabricación de cargos contra los indígenas, para dedicarse a sus anchas a la explotación de minerales estratégicos, al saqueo de recursos bióticos y al acaparamiento del agua. La privatización del ejido ha dado lugar a nuevos latifundios y terratenientes. La comunidad indígena queda excluida de la economía neoliberal en la que unos cuántos son los usufructuarios de la riqueza que debía ser el motor del desarrollo de estas poblaciones.

Aquí el testimonio de doña María Esther Ciprián Medina, que recabé, entre otros, durante la Gira de Observación por la Paz y los Derechos Humanos a la Costa y zona de conflicto con Colima (6-9 agosto): "Nosotros tenemos muchas necesidades, no hay trabajo para nuestros hijos, para nuestros nietos, salen de la escuela y se van a otras vagancias, comienzan a tomar jóvenes, toman hasta terminar con sus vidas. No tenemos casas ni nada, cuando dan apoyos sólo se los dan a ciertos grupos por ser gentes de ellos. Que nos ayuden con fuentes de trabajo.

"Se necesita un centro de salud con sus buenos médicos y medicamentos; la gente se muere en horas, hace poco un niño se murió, no duró ni media hora, si acaso; no tenemos ambulancia, la que está ahí no sirve. Los viejos ya conocimos el mundo, pero nuestros hijos... queremos oportunidades para que tengan en dónde trabajar, una carpintería, educación, cocina para las muchachas.

"Saben ustedes como está el camino, desbarrancándose, y más en este tiempo de aguas, ¿un enfermo, cómo lo sacaríamos por ese camino tan peligroso? Que nos pongan un foco y un teléfono para podernos comunicar, y que nos tomen en cuenta".

En Ayotitlán, sólo el 3 por ciento de la población cuenta con letrinas, por lo que el fecalismo al ras del suelo es lo común. La mortalidad afecta principalmente a los niños de uno a cuatro años: su estatura y peso no corresponden a su edad. El agua suministrada no es potable y sólo la obtiene, escasamente, el 46 por ciento de la población. Las causas principales de mortalidad, la más alta en Jalisco, son: enfermedades gastrointestinales, padecimientos calificados como "fiebre", enfermedades prevenibles por vacunación, enfermedades de vías respiratorias, violencia y por piquete de alacrán. (La Comunidad y sus Recursos. Ayotitlán ¿Desarrollo sustentable? Rosa Rojas, UdeG-INI)

Es difícil creer que en este sexenio se pueda abatir, de forma importante, la brecha de la desigualdad, pues la visión de desarrollo de Felipe Calderón pone en primer plano objetivos y programas de promoción económica y de atracción de la inversión privada, por encima de objetivos como los del desarrollo sustentable, políticas sociales y derechos humanos.

Sería prudente que el Mandatario explique a esta comunidad nahua que, aunque llegó la hora de pagarles la deuda, no alcanza ni siquiera para sus mínimas necesidades; y que continúen resistiendo... hasta que se les agote la paciencia. Y no sólo a ellos, sino a los 50 millones de mexicanos que viven en esas mismas, o similares condiciones.


pereztaylorm@gmail.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2007::

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