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domingo, septiembre 30, 2007

Opinión - Jorge Gomez Naredo

Entre la falta de visión, la impunidad y la corrupción: el caso del PAN-gobierno en Jalisco
La Jornada Jalisco

La elite política jalisciense cada día se aleja más de los intereses que se supone debe representar, es decir, de lo que busca, desea, quiere y anhela la sociedad en su conjunto. El panismo ha mostrado desdén hacia la ciudadanía y a muchos de quienes provienen de las filas de ese organismo político, simple y llanamente no les interesa el mejoramiento de las condiciones económicas y sociales de las mayorías. Están ahí para seguir escalando en la jerarquía estatal, para tener más poder, para lograr mejores puestos y para beneficiarse de ellos. Ejemplos hay muchos, muchísimos.

No hay sensibilidad hacia lo que pasa abajo, en el pueblo, en la vida cotidiana de cientos de miles de personas que viven en la pobreza, que sufren la carestía, que están en la miseria, que conviven con ella y la sienten y la huelen y la observan y se resignan a su situación. Hay una diferencia abismal entre las visiones de mundo de quienes gobiernan y de quienes son gobernados, lo cual se ha ahondado con las administraciones panistas. Por ejemplo, en días pasados, el alcalde de Zapopan, Juan Sánchez Aldana Ramírez, logró uno de sus más importantes objetivos en su administración: subirse el sueldo más de 50 por ciento. En un mes, del 15 de septiembre al 15 de octubre, recibirá por salario retroactivo la cantidad de 329 mil 267 pesos. Pasará de ganar mensualmente 60 mil 610 pesos (40 salarios mínimos) a recibir 99 mil 654 pesos (66 salarios mínimos). El aumento lo justifica Sánchez Aldana porque tiene una familia que mantener y porque su trabajo es arduo, cansado y de mucha responsabilidad: “la sociedad tiene que comprender que yo también tengo familia y que este trabajo es de tiempo completo y no puedo tener ninguna otra actividad. Yo vivo de mi sueldo”. ¿Qué pensará Sánchez Aldana de un obrero que tiene la responsabilidad de mantener a su familia, que recibe mil 500 pesos al mes, que también posee solamente un trabajo y que “vive” de su salario?, ¿acaso el alcalde conoce las penurias que tiene que pasar una persona que se encuentra desempleada? Estas declaraciones del presidente municipal zapopano muestran, además del cinismo, la hipocresía y la falta de sensibilidad, la distancia que existe entre la visión de los gobernantes y la situación real de los gobernados, lo que se vive en realidad.

Otro ejemplo de esta separación entre los intereses de la sociedad y los de las autoridades es la falta de sensibilidad hacia uno de los problemas que aquejan más a la mayoría de la ciudadanía: el transporte. En lugar de conformar un verdadero sistema de transporte público digno, eficaz y económico, lo que se hace es beneficiar al automóvil como el único medio para lograr una buena movilidad urbana; y claro, quienes tienen vehículo particular no es la mayoría de los jaliscienses. En la anterior administración, encabezada por Francisco Ramírez Acuña, se llevaron a cabo costosísimas obras viales que no tuvieron los beneficios deseados. Ahora, para tapar la inutilidad de dichas obras, se quiere hacer de avenida López Mateos un viaducto sin tener la infraestructura para ello. El peatón, como siempre, es abandonado y despreciado: sus opiniones no existen, se le margina. El transporte no contaminante, como el tren ligero, se ha paralizado por varios años: “no hay inversión”, dicen los de arriba. Y todo es auto, auto y más auto.

La desintegración de la elite política panista es notoria. En días pasados, el procurador del estado, Tomás Coronado Olmos, fue mencionado en diversas denuncias como participante de las bacanales donde se abusa de menores de edad. El gobernador Emilio González Márquez lo ha mantenido en el puesto, a pesar de ser el procurador el encargado de investigar el caso donde él mismo está implicado: ¡viva la impunidad! Ahora, un nuevo escándalo cimbra las estructuras del PAN-gobierno: el secretario general de la alcaldía de Tonalá, Ricardo Sigala Orozco, fue mencionado como el actor intelectual del asesinato del director de Mejoramiento Urbano del mismo Ayuntamiento, Carlos Romo Guízar. El presidente de dicho municipio, Jorge Vizcarra Mayorga, se empecina (como lo hizo González Márquez con Coronado Olmos) en exonerar a Sigala Orozco sin haber comenzado aún las investigaciones. ¿Qué escándalos están por venir en el PAN-gobierno? Cada día que pasa se vuelve más evidente la venalidad de dicho partido político y de los gobernantes que emanan de él.

No cabe duda que la relación entre autoridades y sociedad se deteriora día con día. Quienes son los encargados de llevar a cabo los designios del electorado no piensan en las mayorías y sí en sus beneficios personales o partidistas, en sus intereses, que distan mucho de los de la ciudadanía, del pueblo. Mientras que en ciertos grupos de izquierda (encabezados por Andrés Manuel López Obrador) se discute y se propone la austeridad en los altos mandos administrativos como una medida para mejorar la situación de millones de personas que viven en la pobreza, en los gobiernos panistas locales se aumentan los sueldos a los funcionarios de alto nivel, se dilapida el erario, se realizan obras sin ningún beneficio para las mayorías, se entra profundamente a la corrupción, a la impunidad y se establece el “no veo ni escucho” los reclamos sociales. ¿Por qué –y es ésta una pregunta que precisa hacerse– la sociedad jalisciense continúa votando a los que salen de las filas blanquiazules, que han probado con creces su incapacidad y su propensión a la corrupción y a la desvergüenza?, ¿por qué?

jorge_naredo@yahoo.com

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2007::

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