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viernes, junio 15, 2007

Wall Street Journal: La globalización aumenta la desigualdad.

Reseña Estratégica
15 de junio de 2007 (http://www.msia.org.br/)
Durante años, los críticos de la "globalización" financiera han responsabilizado al proceso por el aumento de las desigualdades socieconómicas en todo el mundo, hecho corroborado por varios estudios producidos por economistas e investigadores ubicados en todo el espectro político y de pensamiento económico. Ahora, ante la realidad de las cosas, hasta el mismo vocero insignia de la alta finanza norteamericana, el Wall Street Journal (que acaba de ser comprado por el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch) se vio obligado a revelar las evidencias, en un extenso reportaje publicado el pasado 24 de mayo, con el sugestivo título "Las ganancias de la globalización tienen un precio-aunque los pobres se beneficien, la desigualdad alimenta un retroceso en el exterior".

Significativamente, el material fue poco divulgado y casi pasó desapercibido hasta en los sitios electrónicos de la INTERNET especializados en temas económicos. El texto de los periodistas Bob Davis, John Lyons y Andrew Batson es auto-explicativo, con varios pasajes que difícilmente podría imaginarse ver en las páginas del WSJ:
"Una década atrás, la globalización del comercio internacional prometía ser una bonanza para los trabajadores de bajos salarios en las naciones en desarrollo. En la medida en que las naciones ricas expandían millones de empleos fabricando aparatos domésticos, electrónicos y otros bienes, los economistas predecían que los trabajadores de baja calificación de América Latina y de Asia se beneficiarían, porque habría mayor demanda por su mano de obra -y mejores salarios".

"De alguna manera, la globalización cumplió sus promesas. Pero hubo una consecuencia inesperada. En la medida en que el comercio, las inversiones extranjeras y la tecnología se expandían, con frecuencia, la brecha entre los que tienen y los que no tienen se amplió, no solamente en países ricos como EU, sino también en los más pobres, como México, Argentina, India y China. Ahora, varios economistas dicen que los mayores ganadores, por gran margen, son aquellos con educación y calificaciones para aprovechar las nuevas oportunidades, dejando a muchos otros muy atrás. Las ganancias de los trabajadores de baja calificación pueden aumentar, pero las de los trabajadores cualificados aumentan más bien rápidamente."

El gran temor de los "globalistas" se manifiesta claramente:
"Pero, como la globalización está creando también más desigualdades, esto está alzando la cuestión de cuanta desigualdad podrán soportar los países y si estas brechas podrán, en último análisis, producir un retroceso que desestabilizará la liberación del comercio y de las inversiones en todo el mundo."

Ahí está, en pocas y contundentes palabras, la esencia del pensamiento "globalista": el problema existe y es serio, pero nuestra preocupación es con los "mercados", no con los seres humanos.

Los pasajes siguientes exponen las dimensiones planetarias del problema: "Muchas naciones en desarrollo parecen estar siguiendo a expensas de los EU, donde la brecha de rendimientos ha aumentado desde el inicio de la década de 1970. Un estudio de 2006 acerca de América Latina, una región largamente marcada por profundas brechas entre ricos y pobres, hecho por los economistas Guillermo Perry y Marcel Olarreaga, del Banco Mundial, constató que la liberalización económica profundizó la división de rentas en nueve de los doce países examinados."

"Aunque esto pudiese ser parcialmente explicado por la baja tasa de crecimiento económico de América Latina (que los autores no admiten ser consecuencia de la liberalización -n.e), las diferencias en renta también están aumentando en naciones asiáticas de rápido crecimiento, incluyendo a Tailandia e India. En la década pasada, estas han crecido lo mismo que Corea del Sur, un país de larga tradición de compromiso igualitario con la educación."

"Luego, tenemos a China. Una de las economías de más rápido crecimiento en el mundo ha generado ganancias salariales significativas para sus clases inferiores. Pero las desigualdades de rentas también están aumentando debido a las enormes ganancias logradas por los escalones superiores. Entre 1984 y 2004, las diferencias de rentas medidas por el índice Gini -donde cero es la igualdad perfecta y 100 la desigualdad perfecta- pasaron de 47 a 29…. Entre 2000 y 2005, la renta per cápita de 10% unidades familiares urbanas de base aumentó 26%, mientras que las de arriba tuvieron ganancias de 133%".

Más adelante, los autores vuelven a hacer explícito el recelo de sus patrones, con una definición de rara felicidad: "Las desigualdades crecientes también alimentan el argumento populista (sic) de que la globalización es un juego de necios que solamente beneficia a las elites".

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