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lunes, junio 18, 2007

Prevalece la duda sobre castigo de SG a Sandoval Iñiguez por sus declaraciones

Desde mayo, perredistas interpusieron una queja en su contra por llamarlos hijos de las tinieblas

La ley ampara al inculpado y si no quiere aclarar sus dichos no pasa ni pasará nada: López Damián

EUGENIA BARAJAS

Ante los “pecadillos” políticos de Juan Sandoval Iñiguez, ¿se atreverá la Secretaría de Gobernación a sancionarlo por sus controvertidas y polémicas declaraciones en contra del PRD? La duda prevalece por la amistad –y el pago de favores– que llevan el obispo y el ex gobernador, hoy secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, que pone en entredicho la aplicación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.

Después de la alharaca, resulta que son “puros chismes”, según ha referido el prelado.

Desde el pasado 6 de mayo los “hijos de las tinieblas” mantienen una franca confrontación contra el “predicador callejero del Apocalipsis”, calificativos que se impusieron, por un lado, el líder clerical a los perredistas y estos últimos lo llamaron así en su revire.

A más de un mes de distancia las acusaciones no han variado, al menos la parte que lanzó la primera piedra no ha mostrado un dejo de arrepentimiento, por el contrario, se sostiene, lo que le valió una queja interpuesta por la cúpula del sol azteca, ya que consideraron que el prelado violó flagrantemente la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, cuya queja, según las leyes, puede quedar en un simple “jalón de orejas”.

Sin embargo, es una llamada de atención que de antemano desestima el obispo, porque sus declaraciones ya no son lo que dijo, “y si lo dije, lo dije. Pero creo que no lo dije”, según declaraciones a La Jornada Jalisco.

No obstante su mala memoria, ¿cuáles son los “pecadillos” que cometió Sandoval Iñiguez?

El número 535 del Semanario, órgano de formación e información católica del 6 de mayo de 2007, en cuya portada se lee, “Difícil ser madre”, y en la página 10 especial la reportera Cristina Elizabeth Díaz Morales escribe una nota titulada “Guerra entre la cultura de la vida y la muerte”.

En la misma, transcribe las palabras de Juan Sandoval Iñiguez en el contexto del festejo por su jubileo sacerdotal, en las que advierte que “en estos momentos se está librando una guerra entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte, por lo cual deben estar preparados para luchar”.

Pero la confrontación verdadera estaba por venir renglones abajo, donde puntualizó, “…reconoció que en esta guerra, los hijos de las tinieblas son más hábiles, más activos y más despiertos que los hijos de la luz, y muestra de ello es que los perredistas aprobaron la despenalización del aborto en el Distrito Federal…”.

El apartado del “pecado de omisión” fue el cierre o el epílogo perfecto para la puntilla contra los seguidores del PRD, ya que textualmente señala: “urgió a tomar en cuenta estas acciones con miras a sus elecciones partidistas, sus opciones políticas, porque siempre se va a decir que un católico de convicción no puede votar por el partido o partidos que apoyen el aborto o las uniones de homosexuales…”.

Predicador callejero del Apocalipsis

Dos días después, la respuesta de la dirigencia estatal, acompañada de la fracción parlamentaria, no se hizo esperar y arremetieron con todo, primero tibios con la declaración del presidente, Gabino Berumen, que se mostró muy mesurado y sólo hizo un extrañamiento.

“El PRD, en general, y en particular el Comité Ejecutivo Estatal de Jalisco, lamentan con profunda preocupación la postura del Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara, y en especial la del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, ya que por tratarse de una figura que representa una institución que promulga la tolerancia, el respeto y el amor al prójimo, no debe ni puede, dentro del marco de la ley, hacer este tipo de llamamientos”.

Predicador callejero del Apocalipsis II

Pero quien enfrentó las circunstancias y dio la cara por los diputados del sol azteca en el Congreso, Enrique Alfaro, declaró sin cortapisas, y de lleno se fue directo a la yugular del prelado por la intromisión y descalificaciones que como perredista lo afectaron y, sin más, lo tildó de entrometido en asuntos políticos, manipulador y enajenador de la fe, satanizador del PRD, intolerante, irrespetuoso y, para rematar, predicador callejero del Apocalipsis.

“No es posible que quienes defendemos los principios del laicismo no le exijamos enérgicamente al cardenal que deje de actuar como predicador callejero del Apocalipsis, intentando imponer una moral pública; que deje de confrontar irresponsablemente a los jaliscienses, que deje de utilizar a los fieles católicos para asuntos que son estrictamente políticos”.

Y todo por el asunto de la despenalización del aborto y el derecho de las mujeres a decidir, que los perredistas ni siquiera han promovido en el estado y menos presentado iniciativas en el Congreso.

Uno contra todos y todos a Gobernación

Ante las contundentes declaraciones, la militancia perredista optó por no quedarse de brazos cruzados y menos permanecer callados; así, el 17 de mayo la cúpula del sol azteca, encabezada por sus líderes nacionales, el secretario general del partido, Guadalupe Acosta Naranjo, prestos acudieron a la Secretaría de Gobernación, al Palacio de Bucareli, a interponer la queja por la incitación a una guerra en contra de los que promueven el aborto y las uniones de homosexuales.

Fueron recibidos por el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Florencio Salazar Adame; los escuchó y les recibió los documentos que presentaron en contra del purpurado, porque, argumentaron, no era justo que el Estado mexicano guardara silencio ante las declaraciones y lo menos que esperaban era una disculpa pública que lavara la afrenta, y parece que se vislumbra una pequeña luz al final del túnel, luego de que el pasado 12 de este mes, la Segob solicitó al secretario general del PRD que se acreditara para ratificar la denuncia, lo que abre un pequeño espacio para no pensar que se le dé carpetazo, como lo hiciera en el caso del obispo primado de México, Norberto Rivera, y su vocero, Hugo Valdemar, al no encontrarles elementos suficientes para sancionarlos por sus declaraciones y activismo en contra de la despenalización del aborto.

Para el secretario de Relaciones del Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, José Alberto López Damián, la Ley de Asociaciones Religiosas –creada en tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari– es muy laxa y no deja muy clara la forma de sancionar actos como las declaraciones de Sandoval Iñiguez.

“Esta ley salinista, en nombre del Estado laico y las libertades de todos, consigna derechos disfrazados de obligaciones para unos cuantos: las iglesias, y en especial la católica.

“No son derechos de culto, mucho menos de creencia, que, dicho sea de paso, no hay forma de reglamentarla, sino de operación de asociaciones con concesiones especiales”.

Según el segundo párrafo del artículo primero de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, las convicciones religiosas no eximen en ningún caso del cumplimiento de las leyes del país, señaló López Damián, y agregó que no existe un procedimiento para que un particular demande o denuncie a una asociación religiosa, incluso en el artículo segundo señala los derechos y libertades del individuo en materia religiosa y no prevé la denuncia por violaciones a ésta, no obstante, sí contempla sanciones.

“El artículo 29 del capítulo primero del título quinto, de las infracciones y sanciones y del recurso de revisión, consigna en sus fracciones I, IX y X las infracciones por: asociarse con fines políticos o realizar proselitismo o propaganda de cualquier tipo en favor o en contra de candidato, partido o asociación política; convertir un acto religioso en reunión de carácter político; u oponerse a las leyes o instituciones del país, respectivamente”.

Pese a la queja de los perredistas y a querer lavar su honra con la comparecencia del obispo ante la Segob, así como que explique o aclare sus dichos, la ley ampara al inculpado y si no quiere asistir, ni aclarar, ni nada… no pasa, ni pasará nada, según otro de los artículos que explica el abogado democrático.

“Para este caso, y según marca la ley, el órgano sancionador será la comisión integrada por funcionarios de la Secretaría de Gobernación, que notificará al interesado de los hechos que considera violatorios, dando un plazo de 15 días para que comparezca ante la comisión para ofrecer pruebas y alegatos, sin especificar cómo se impone del conocimiento de las presuntas infracciones ni regular o reglamentar la forma de la notificación y cuándo surte efectos”.

–¿Qué pasa si no quiere acudir aunque tenga la notificación?

–No existe sanción o carga jurídica alguna si el interesado decide no comparecer, y la autoridad dictará resolución concluido el plazo otorgado, pero sin que exista término para emitir dicha resolución.

–¿Cuál puede ser la sanción que reciba Sandoval por sus declaraciones?

–Primero, un apercibimiento, una multa de hasta 20 mil días de salario mínimo general vigente en el Distrito Federal; clausura temporal o definitiva del local; suspensión temporal de derechos de la asociación, y en el más extremo de los casos, la cancelación del registro de asociación religiosa, pero en todo el tiempo de vigencia de la ley no se ha visto un caso extremo de cancelar una religión y creo que no se verá que desaparezca la Iglesia católica.

Incluso no es obligatorio que se presente, puede enviar por escrito su declaración, que no necesariamente tiene que ser de su propia mano, sino que un tercero, su abogado, la puede responder y de esa forma no se involucra directamente al cardenal; es como una especie de blindaje, de protección.

Como en política no hay coincidencias, la amistad que une a Ramírez Acuña con Sandoval Iñiguez pesa, y pesa mucho, desde que fueron presentados por un amigo en común, el embajador de España Gabriel Jiménez Remus, relación que tiene años entre los personajes.

No obstante, mantener una relación cordial y oficial durante el mandato de Ramírez Acuña como gobernador hacia el prelado, el hoy segundo hombre más importante en el país le debe un pequeño favor al jerarca católico, le dio su aval para llegar a ser gobernador, sin ese requisito, estaríamos hablando del ex gobernador Jorge Arana.

Se dice que incluso Paco le debe a Juan, que su sexenio se llevará tranquilo y en paz y no prosperarán las quejas de su oponente priísta, por lo que… amistades largas y te regreso el favor haciendo sólo un apercibimiento o señalando que no existen elementos para sancionar, porque todo fueron “malas interpretaciones”, serían algunas de las posibles salidas desde Bucareli.

Con todo este panorama, el hermetismo de Gobernación sobre los términos de la notificación al cardenal y el pago de favores, sólo falta que los perredistas se encomienden a Dios para que haga el milagro y se concrete, por lo menos, una disculpa, por lo que el patriarca dijo que a lo menor no dijo… “y si lo dije, lo dije. Pero creo que no lo dije”.

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