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viernes, marzo 23, 2007

Guadalajara autorizó un fraccionamiento en la zona protegida por su propio Plan de Desarrollo Municipal

EMILIANO DIAZ CARNERO

Representa una importante reserva del recurso para la ZMG, a diferencia de Arcediano
Denuncian en Día Internacional del Agua la destrucción del manantial de Colimillas


Al grito de ¡Colimillas sí, Arcediano no!, el colectivo ecologista de Jalisco y el movimiento de afectados por las presas y en defensa de los ríos (MAPDER), junto con la organización Ciudadanos Por el Medio Ambiente y más de medio centenar de alumnos de la preparatoria número 7, denunciaron la destrucción de una estratégica fuente de agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara.

El manantial de Colimillas, con una capacidad de almacenamiento de 402 millones 200 mil metros cúbicos de agua al año, pretende ser destruido a través de un proyecto inmobiliario residencial que la anterior administración tapatía, encabezada por Emilio González Márquez, autorizó a pesar de no coincidir con el uso de suelo establecido en el Plan de Desarrollo Urbano que el propio municipio realizó.

“Nosotros exigimos que se cancele la obra y se declare al área como zona de protección hidrológica y que se constituya como un parque urbano”, exigió Raquel Gutiérrez Nájera, del Centro de Derecho Ambiental AC y vocera de Mapder.

El propio Ayuntamiento tapatío reconoce que con la obra se está dañando al manantial, el cual está establecido como área de protección ecológica.

“Con la construcción de las 135 casas planteadas en el proyecto se está afectando al manantial; este hecho ya es causal de la cancelación de la obra. El gobierno dice que no tiene dinero para expropiar el predio, entonces nosotros decimos, ¿es o no es una prioridad el agua? Por un lado quieren gastar millones en Arcediano y aquí no tienen dinero para proteger un manantial estratégico para el abastecimiento de agua a Guadalajara, que es una fuerte alternativa ante Arcediano”, enfatizó Pedro León Corrales, también del Mapder.

Esta denuncia se da durante la celebración del Día Internacional del Agua, que este año tiene como lema “afrontando la escasez del agua” y en el marco de que el nuevo director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), César Coll Carabias, se manifieste abierto a escuchar e incorporar a la política hidráulica del estado todas las propuestas que contribuyan a buscar alternativas de abastecimiento de agua para la Zona Metropolitana.

Las organizaciones ecologistas que se han opuesto a la construcción de la presa de Arcediano desde la presentación pública del proyecto, han preferido celebrar este Día Internacional del Agua con la denuncia de destrucción de una fuente alternativa de agua para la ZMG que, de sanearse y protegerse, puede presentarse como una opción mucho más barata y viable que la presa de Arcediano, en la que existen numerosos riesgos a la salud pública denunciados por organizaciones nacionales e internacionales, como el informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y que tiene un costo estimado en más de 10 mil 88 millones de pesos.

“Este acuífero, que actualmente abastece a Guadalajara y que se puede proteger y aprovechar mucho más, puede ser una alternativa frente a Arcediano, ya que captaría la misma cantidad de agua, con un costo económico, social y ecológico muchísimo más reducido que Arcediano”, enfatizó Gutiérrez Nájera.

El proyecto de Arcediano contempla la construcción de una cortina de 125 metros de altura, con una capacidad de almacenamiento de 404 millones de metros cúbicos de agua al año (frente a los 402 millones 200 mil metros cúbicos de agua al año del manantial de Colimillas), que además implicaría la deforestación de mil 300 hectáreas de una zona rica en endemismos (exclusividad de flora), con la inundación de 800 hectáreas.

Por su parte, Hirineo Martínez Barragán, jefe del Departamento de Geografía de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explicó que el manantial de Colimillas es parte de la cuenca del río Atemajac, el cual ha surgido por la estructura porosa de los suelos de Jalisco, que ha permitido la filtración del agua y la conformación de un conjunto de 12 manantiales en esta área de la ciudad.

“El problema que se presenta aquí es que se está impermeabilizando toda el área de recarga de los manantiales, incluyendo el de Colimillas, por lo que no basta proteger el manantial, tiene que haber una política pública integral –que no la hay– que proteja los manantiales y sus zonas de recarga, reglamentando la existencia de espacios para la absorción del agua, como pueden ser los parques, los camellones o estableciendo sistemas de absorción de las aguas de lluvia en los parques públicos y en las casas de toda la población”.

“Como no existen los pozos de absorción, no sólo se desaprovecha esta importante cantidad de agua, sino que se contribuye a los posteriores problemas de inundaciones. Lo que hace falta es una política pública urbana en torno al agua, la cual no existe. Entonces lo que va a pasar es que este manantial se seque, como se han secado todos los demás manantiales de la Zona Metropolitana”.

El investigador de la UdeG explicó que con una política urbana clara en torno al agua, el gobierno y la sociedad se puede ahorrar mucho dinero en este tipo de obras que rescaten los manantiales urbanos.

“El subsuelo es el recipiente ideal del agua, no necesitamos realizar obras para contener el agua, hay que permitir que se infiltre, el subsuelo nos la guarda y nada más nosotros la utilizamos sacándola de sus afloramientos, como este de Colimillas”, concluyó el geógrafo.

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