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miércoles, febrero 28, 2007

Opinión - Jorge Souza Jauffred

La Feria

Jornada Jalisco

La caída de la bolsa china arrastra la economía mundial

En la base del problema, un dólar que fluye sin respaldo


Dos hechos, en apariencia inofensivos, provocaron ayer una cadena de desplomes en las bolsas de valores de todo el mundo. El primero, y tal vez el detonante, fue la advertencia que hizo el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, durante una conferencia que sustentó en Hong Kong; el santón de la economía globalizada dijo que “es posible” que en los meses finales del año, la economía estadunidense entre en una recesión.

La segunda, menos concreta y más difusa, fue el rumor de que el gobierno chino gravaría con un impuesto de 20 por ciento las utilidades obtenidas en la bolsa. En realidad, ni las palabras de Greenspan ni el temor a un nuevo impuesto en China tienen el peso específico para provocar, por sí mismas una debacle económica. La base del problema la constituye el contexto en el que de surgieron estos dos avisos. Un contexto muy particular, caracterizado por el crecimiento constante de las ganancias en las bolsas de valores durante los últimos siete u ocho años.

La crisis comenzó en los principales índices de las bolsas de Shanghai y Shenzhen, que se hundieron casi 9 por ciento, lo que significó la pérdida (para algunos y ganancia para otros) de muchos cientos de miles de millones de dólares. El contagio se extendió a medida que la luz del día tocó otros países y las bolsas de valores comenzaron a operar, demostrando la fuerte conexión que emerge de una economía globalizada y la consecuente debilidad para defenderse en forma individual de una enfermedad financiera de esta magnitud.

En Estados Unidos, Wall Street tuvo su peor jornada desde el 11 de septiembre de 2001, cuando los atentados terroristas derrumbaron las Torres Gemelas. El índice industrial Dow Jones perdió 416.02 puntos, equivalentes a 3.3 por ciento, mientras que las bolsas europeas cayeron aproximadamente 3 por ciento. En América Latina, la gripa china hacía estornudar a los mercados. Las bolsas de valores sufrían un crack; las de Argentina, Brasil y México se precipitaban alrededor de 5, 4 y 3 por ciento, respectivamente . En Australia, ya bajo el sol del miércoles (lo que es un mal augurio para el día de hoy), la bolsa perdía 3.45 por ciento en los primeros 30 minutos de actividades.

No es un secreto que la economía mundial, fuertemente dependiente del dólar, se había inflado como una burbuja en los años recientes. La economía que reflejan las constantes alzas de las bolsas es, según muchos especialistas, una ilusión que tarde o temprano desaparecerá. Y es que el dólar se expande por el mundo, sin que lo respalde ninguna reserva de metales, ninguna producción real. No obstante, la confianza en el poder de Estados Unidos, ha mantenido apuntalada a esa moneda... al menos hasta ahora.

Lo mismo ocurre en la Bolsa Mexicana. Las ganancias acumuladas durante los años recientes nos hablan de una economía-ficción que más tarde o más temprano retornará a su nivel, en perjuicio de quienes no se retiren a tiempo.

En torno a esta crisis, las opiniones están divididas. Algunos expertos consideran que pasará pronto; otros, por el contrario, dicen que afectará severamente la economía mundial. En China, el equipo financiero del gobierno asegura que en abril regresará la tendencia alcista a los mercados bursátiles, ya que se han tomado las medidas urgentes necesarias para evitar males mayores. Una de ellas, constituye el aviso que el gobierno publicó, a través de la agencia oficial Xinhua, de que no planea cobrar el impuesto de 20 por ciento a las utilidades bursátiles. No obstante, no hay seguridad de que estas medidas detengan la crisis.

Por lo pronto, Fidel Castro considera que los síntomas no son de un simple resfriado, sino de un cáncer mortal. Considera que este es el principio de la crisis de la economía mundial, del sistema capitalista mundial. Aunque hasta ahora el mundo ha salido de los “cracks” recurrentes de las bolsas, nada nos asegura que en esta ocasión –dadas las condiciones– ocurra lo mismo.

Castro destacó, en una conversación telefónica con Hugo Chávez transmitida a través del programa “Aló, presidente”, que “la reina de las bolsas (la de Nueva York) perdió unos 800 mil millones de dólares”. Chávez, a su vez, dijo que esta crisis viene a sumarse a la del Fondo Monetario Internacional, FMI, que está vendiendo sus barras de oro para pagar los sueldos de sus empleados.

Y es que la economía estadunidense ha vivido durante el periodo de Bush en una ficción. Los dólares que circulan en el mundo cada vez en mayores cantidades y sin respaldo firme, obtienen una ganancia al ser invertidos. Mientras esta ganancia sea virtual y no se retiren las utilidades, la situación podrá mantenerse, pero si ocurre lo que pasó ayer, que los inversionistas “retiren utilidades”, entonces se precipita el desplome.

Esta semana será crucial para saber si retorna la tranquilidad o si la ambición de los “inversionistas” fue lo suficientemente fuerte para provocar una nueva crisis económica mundial.

¿Qué mensaje estará enviando el presidente Felipe Calderón a Jalisco, al designar al secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, como su representante en la toma de posesión de Emilio González Márquez como gobernador de Jalisco? El acto, que se realizará en el Instituto Cultural Cabañas pretende ser sobrio y sencillo. Al concluir, los miembros del gabinete tendrán su primera reunión oficial en ese recinto, para después trasladarse cada uno a la secretaría que les corresponde y comenzar a cumplir sus funciones administrativas. Y eso es todo por ahora, nos leemos mañana en esta misma feria.

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