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martes, febrero 27, 2007

Columna Redes Ciudadanas

De la A a la Z..¡no a la policía secreta!

MARÍA CANDELARIA OCHOA AVALOS - Jornada Jalisco

En memoria a las y los desaparecidos políticos

El próximo jueves, día que asume el nuevo gobernador, es necesario recordar y reflexionar que el pasado miércoles 31 de enero, después de la marcha contra la carestía, un grupo de personas que participamos en las Redes Ciudadanas, acudimos al Congreso de Estado porque estaba por aprobarse el último día y a última hora, la ley que daría legitimidad a la política secreta.

La propuesta del gobernador interino, es directa del hoy Secretario de Gobernación, acusado por distintas instancias nacionales e internacionales de violación a los derechos humanos y quien pretende de Jalisco hacer el laboratorio para la impunidad y la ilegalidad. Esta iniciativa no fue difundida de manera amplia, por lo que no se generó un debate público sobre la pertinencia o no de esta policía, su conveniencia y la forma en cómo operaría y a quién daría cuenta.

A su vez, el diputado Alonso Ulloa cuando lo abordamos, al exterior del Congreso, nos dijo que él iba a votar a favor de la iniciativa, cuestión que ya les había comunicado a los empresarios -con quienes sí lo discutió-. Al parecer su compromiso no es con la ciudadanía, a quien se debe y representa. Ulloa reconoció que no conocía la iniciativa y que según él era una buena ley en contra del narcomenudeo y delincuencia organizada. Pero nos preguntamos si es tan importante esta ley, entonces ¿por qué no se realizó una consulta pública al respecto? O más aún ¿por qué no la había leído? De casualidad, ¿para esto no fue electo y se le paga...? Como también ¿la discute con representantes de la iniciativa privada sin estar enterado? Una vez más el realismo mágico como parte de la vida de “nuestros legisladores”.

Si nos preguntan que si estamos en contra del narcomenudeo y el crimen organizado, contestaremos que sí; pero si nos preguntan que esta ley tendrá policías infiltrados los cuales podrán detener arbitrariamente a cualquier ciudadana y ciudadano de manera irregular, entonces estoy segura que diremos que estamos en su contra.

Se supone que el interés de esta ley estriba en el combate al narcomenudeo y al crimen organizado. Pero esta ley no tiene los alcances para ello, porque si un grupo ha sido infiltrado por el narcotráfico y la delincuencia organizada es precisamente el cuerpo policial. Se sabe que contra el narcomenudeo la solución es simple: impulsar reformas legales y reglamentarias que permitan la revisión minuciosa y congelamiento de cuentas bancarias. Pero eso a los banqueros no les conviene, porque ese dinero los hace más ricos, sin importarles de dónde venga y quién se ostente como propietario. Y contra el crimen organizado, pues se necesita sin duda, limpiar de corrupción los cuerpos policiales, porque ello ayudará a conocer cómo se trafican las armas, cuántos autos robados se recuperan, en qué narcotienditas y domicilios particulares se vende droga, es decir, se sabe perfectamente de dónde cojea el sistema contra estos dos delitos, pero no se hace nada para combatirlo.

La policía secreta ha sido siempre utilizada contra las y los líderes sociales y las organizaciones sociales y movimientos populares que no comparten lo establecido, no contra el narcotráfico o el crimen organizado, porque esos siguen aquí, permanecen y además se han fortalecido como hemos visto en los últimos años.

Recordemos que la policía secreta en México, a cargo de Nazar Haro, Gutiérrez Barrios y De la Barreda, fueron quienes encabezaron la represión, encarcelamiento, violación y asesinato de miles de líderes sociales con el pretexto de “ser un peligro para México”. O sea que los panistas no sólo aprendieron bien la plana para reprimir, sino que la van a repetir a pesar de los terribles delitos de lesa humanidad que se cometieron en esa época, así como la violación a los derechos humanos.

Tenemos que tener cuidado, porque los policías infiltrados también se infiltrarán en los grupos empresariales y sociales, los partidos políticos, las organizaciones civiles, los propios diputados, secretarios del gobierno y gobiernos municipales, de eso no tengan duda, y por supuesto, cualquier movimiento que sea crítico al sistema. Por eso quieren que Jalisco sea el laboratorio para infiltrar a esos movimientos sociales y ciudadanos.

Parece que los panistas no aprenden de la historia y “caen en la misma piedra”. El presumible partido “humanista” de antaño, que fue perseguido, infiltrado y reprimido se le ha olvidado, ha perdido los valores de los derechos humanos y los ha encerrado en el cajón del olvido, porque ahora están más preocupados por un “estado de derecho” impuesto sobre la represión y violación de los derechos humanos, es decir, legalizar la represión acotando la democracia de por sí ya restringida y vulnerada.

El próximo gobernador ha dicho que está interesado en retomar esa iniciativa de ley, ahora les exigimos a los diputados y al gobernador que realicen una consulta pública con la academia, los grupos empresariales, los medios de comunicación, pero sobre todo, con la ciudadanía a quien le deben su voto y estar ocupando una curul o el puesto de gobernador. La pregunta es ¿queremos este futuro para la ciudadanía jalisciense?

Fuimos personas de las Redes Ciudadanas de Jalisco quienes impedimos con el grito: ¡De la A a la Zeta, NO a la policía secreta! y con la toma de la tribuna del Congreso que impedimos que a usted, a mí, y a todas las ciudadanas y ciudadanos se nos infiltre, persiga o denuncie por unos policías que incluso puedan estar en nuestra casa, pero de los que no sabremos a qué intereses responden. Imagínese en manos de quién o quiénes quiere poner este gobierno nuestra seguridad.

Desde el proceso electoral y poselectoral de resistencia civil pacífica frente al fraude electoral se nos han infiltrado una cantidad importante de policías a los que hemos “descubierto”, van a nuestros actos, nos toman fotos, no videograban, platican con nosotros y hasta van en carros del gobierno. Y esto no es una novedad. Estos grupos policiales han existido siempre. Pero ahora pretenden que sean legales, que se metan a su casa, a la mía, se hagan nuestros amigos, para después tomar por asalto nuestra vida.

Quienes lucharon y luchamos por un México justo y democrático no queremos que se persiga a nadie sin razón, el gobierno sabe perfectamente quiénes son los delincuentes, quiénes infringen la ley, quiénes son corruptos, quiénes son los capos de la droga, a esos es a los que tiene que perseguir de frente.

Refrendamos la Carta de los Derechos Humanos que dice que todas las personas tenemos derecho a la libertad, la integridad y la seguridad, y pugnemos por un sistema de justicia transparente, justo y expedito. Por eso renovamos nuestra demanda “De la A a la Z, NO la policía secreta”. ¡Defendamos el establecimiento de un real Estado de Derecho!

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