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lunes, enero 29, 2007

Opinión - Jorge Souza Jauffred

La Feria

A dos meses de Calderón: el rumbo será el mismo


La manipulación social, clave para mantener el control

A dos meses del arribo de Felipe Calderón al poder es posible establecer algunas líneas generales del rumbo con que se conducirá al país. Para hacerlo, es necesario considerar algunas de las acciones más significativas de su gobierno:

a. El presupuesto 2007 privilegió a los cuerpos de seguridad, en detrimento de la educación, la cultura y los programas sociales. Aunque los diputados resarcieron parcialmente el daño ocasionado a la cultura, la propuesta presupuestal refleja el poco valor que otorga el actual gobierno a la formación de sus jóvenes, al fortalecimiento de los valores culturales y a la historia y la tradición culturales del país. Igualmente, revela que el gobierno no considera que las artes y las manifestaciones culturales sean elementos que elevan el nivel de vida de los mexicanos.

b. Las alzas en los precios de numerosos productos básicos, entre los que destacan la tortilla y el huevo, se dispararon y no han sido frenadas. Los especuladores actúan libremente y las medidas que el gobierno ha anunciado (acuerdos, órdenes, advertencias) son mera escenografía que no se refleja en resultados.

c. La Suprema Corte de Justicia de la Nación legitimó los permisos otorgados por Santiago Creel en sus últimos días como secretario de Gobernación para que se abrieran decenas de nuevas casas de juego en el país, a grupos económicos poderosos, uno de ellos, claro está, Televisa. Entre muchas graves irregularidades se incluye la de no saber siquiera qué personas forman parte de algunos consorcios que obtuvieron los permisos. Con esta decisión el PAN repartió un filón que el PRI no se atrevió a tocar por los graves daños sociales que conlleva: el de la explotación del juego.

d. La participación de Calderón en el Foro Económico de Davos, Suiza, dejó en claro dos situaciones. La primera, muy grave, es que sin aprender la lección de Fox, se lanzó abiertamente contra los gobiernos de Venezuela y de Bolivia (mencionó a estos países) y veladamente contra Argentina, a quienes señaló implícitamente como inseguros para la inversión por las expropiaciones realizadas en los años recientes (como si no hubiera sido la única salida para las economías de esas naciones. Basta recordar la crisis argentina). Obviamente, ya le respondieron Lula y Chávez, ampliándose el abismo entre México y Sudamérica.

La segunda, también grave, es que se ha lanzado a la búsqueda de “inversión extranjera” dando por sentado que esa es la solución a los problemas. Como si ignorara que la inversión se va a donde le cuesta menos (China e India son puntos de referencia) y como si no supiera que los Mcjobs que traen esas empresas son temporales, mal pagados y subcontratados para burlar los derechos de los trabajadores.

e. La publicidad oficial ha seguido el rumbo que trazó el gobierno de Vicente Fox en su última etapa. El axioma es, en resumen, “no importa qué esté ocurriendo, tú difunde lo que quieres que la gente crea, aunque sea falso, y la mente de la gente lo creerá”. Por eso, aunque el gobierno de Calderón no resolvió el problema del aumento excesivo al precio de la tortilla, miles de anuncios que transmiten la radio y la televisión intentan convencernos de que el problema ha sido resuelto en beneficio de los pobres.

Por lo pronto, resultan notables algunas de las estrategias de manipulación que utiliza el gobierno para manejar a los mexicanos y mantenerlos alejados de la reflexión sobre los verdaderos problemas que nos afectan; entre ellas, las siguientes:

a. La estrategia “distracción”. Se difunden noticias superficiales, coyunturales y tendenciosas. Asimismo, se otorga realce a cuestiones frívolas o triviales para llenar el pensamiento de las personas con contenidos vacuos.

b. Hablar “al niño”. Otra estrategia de manipulación clarísima rige la difusión de miles de mensajes. Una voz cálida y paternal habla a la gente con el lenguaje en el que hablaría a niños de 10 o 12 años. Con ello se provoca una reacción desprovista de postura crítica (infantil). Inconscientemente, la gente cree que el mensaje es tan cierto como si se lo dijera “papá”.

c. El argumento “democracia”. Se difunden las bondades de una supuesta “democracia”, en la cual, se asegura, cada quien es libre de su propia vida y por lo tanto responsable de sus triunfos y sus fracasos. Con esta ilusión se desvanece la responsabilidad social del gobierno y se ignoran las circunstancias sociales y económicas (determinantes siempre) que precipitan a un ser humano en el fracaso.

d. El conocimiento de las masas. Los técnicos, por ejemplo, de Televisa (y hasta los de una buena agencia de publicidad), conocen a la gente mejor que ella misma. Y ese conocimiento que se ha perfeccionado y afinado en las últimas décadas se utiliza para manipular sus preferencias, gustos, consumos e ideas políticas.

Vemos pues que nada cambiará. Que habrá más apoyo a los poderosos, que los pobres seguirán ignorados, que el gobierno entregará las riquezas nacionales a grandes grupos empresariales a través de nuevas privatizaciones... Así que la pregunta es si los instrumentos de manipulación alcanzarán para evitar un nuevo movimiento masivo, sobre todo en estos momentos, cuando 14 millones de mexicanos votaron en contra de que continúe la explotación.

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